martes, 14 de diciembre de 2010

El pintor de recuerdos

Gabriel era pintor de recuerdos. ¡Era el pintor más original del mundo! ¿No había ningún otro como él!
Hay pintores de muchas clases: Pintores de retratos, que reflejan en el cuadro la cara el espíritu de quien posa para ellos.
Pintores de paisajes,que planten su caballete en plena naturaleza y plasman en sus lienzos toda belleza del campo.
Pintores de bodegones, que a menudo tienen que consolarse dando vida con sus pinceles a todo aquello que jamás podrán masticar con sus dientes...
Pintores de corte, que a veces se cansan de tanto retratar reyes y reinas... y para distraerse un rato, se ponen a pintar a unos cuantos servidores de palacio. ¿E incluso a un perro que pasaba por allí?
Pero, al final, los reyes acabaron colocándose en el fondo del cuadro. ¡No faltaría más!
Y también pintores abstractos, que llenan sus lienzos de sueños fantásticos, luces que estallan, manchas encendidas y figuras misteriosas...
Sí, hay muchas clases de pintores. Muchas.
Pero, a lo largo de toda la historia, jamás existió un pintor de recuerdos. Hasta que Gabriel pensó: “ ¿Qué es lo que más les gusta a la gente? ¡Sus recuerdos! ¿Qué hace felices a muchos?Recordar, recordar y recordar los mejores momentos de su vida...
¡Me haré pintor de recuerdos! ¿Puede haber mejor manera de hacer felices a las personas que pintarles sus más agradables recuerdos? Así podrán colgarlos en la pared y tenerlos siempre ante sus ojos”. Y clavó en la puerta un letrero que decía:

GABRIEL
PINTOR DE RECUERDOS
(De 9 a 2 y de 5 a 7)

Nada más colocar el cartel, pasó por allí una viejecita de aspecto muy simpático. Se quedo mirándolo largo rato. Suspiró, recordando algo. Se fue a casa andando lentamente, pensativa. Le dio vueltas a la idea toda la noche. A la mañana siguiente, vació su cartilla de ahorros y llamó a la puerta de Gabriel.
Quería que le pintase su más bello recuerdo. Había sido, casi, el único momento hermoso de su vida. Ella era entonces muy joven. Había ido a un baile. Estrenaba un vestido precioso. Un joven la sacó a bailar. Bailaron valses y valses, como flotando en una nube. De madrugada, él partió hacia el frente. Y nunca volvió...
Gabriel lo fue pintando tal como la anciana se lo describió. Con todo detalle. Cada cinta de su vestido. Cada destello de las arañas de luz del gran salón. El brillo de los espejos. Los instrumentos de la orquesta. Y, sobre todo, el bigote. El bigote del joven.
-Lo más importante del cuadro -recalcó la anciana – es el bigote. De lo que mejor me acuerdo, de lo que no me olvidaré mientras viva, es de su bigote. A ver si me lo pinta muy bien.
Como la anciana tenía poco dinero, Gabriel le cobró muy poco. En cambio,al día siguiente apareció un gran hombre de negocios. Un multimillonario. Hizo que le pintase su mejor recuerdo: el día en que ganó su primer millón. Gabriel lo pintó todo tal cual, y le cobró lo que correspondía más lo que le había dejado de cobrar a la anciana del día anterior.
Luego vino una pareja. Deseaban que inmortalizase en el lienzo aquel momento tan romántico: cuando se conocieron en las barcas
del parque.
Y un anciano reumático, asmático, encorvado, renqueante y achacoso le pidió que le pintase aquel día tan lejano en que ganó la carrera de cien metros de vallas.
El próximo cliente fue un señor con una cara la mar tristona. Su mujer y sus hijos habían muerto en un accidente de automóvil, del cual sólo había sobrevivido él.
Quería que le pintase el mejor rato que habían pasado todos juntos
-¿Y cuál fue? ¿Cuál es su mejor recuerdo? -le preguntó Gabriel. Esperaba oír el relato de una fiesta familiar, un fin de curso con muchos sobresalientes, un viaje inolvidable al extranjero u otro acontecimiento importante. Pero el señor tristón le contó lo siguiente: - Un día fuimos de excursión al bosque. No había nadie más. Sólo los árboles, las flores, nosotros y un arroyo. ¡ Y un pájaro empezó a cantar! Y luego otro. Y otro. Jugamos a ir contando cuántos pájaros distintos oíamos cantar al alrededor. Al principio no nos habíamos fijado casi en sus cantos. Luego, poco a poco, fuimos descubriendo más y más. Inmóviles, callados, íbamos señalando con el dedo el lugar de donde venía el canto de cada nuevo pájaro. Oímos veintisiete cantos distintos. Aquella excursión es mi mejor recuerdo.
Gabriel pintó el bosque y copió los personajes de unas fotos que el señor sacó de su cartera.
Otro día vino un político. Le mandó pintar el acto solemne de cuando tomó posesión de un alto cargo. Un cargo tan alto, tan alto, que Gabriel tuvo que hacer el cuadro así:
Y también vinieron los padres de una chica que se había marchado de casa y no volvía. Le encargaron un cuadro en que apareciesen los tres, precisamente el día ene que ella comenzó a dar sus primeros pasos.
Y así, el pintor de recuerdos fue llenando de ilusión a muchas personas. Hasta que, un día, se llevó una sorpresa. ¡Aquello sí que no se lo esperaba! Llamaron al timbre y abrió. Era un niño pequeño. Tenía el pelo revuelto, los cordones de los zapatos desabrochados y el pantalón vaquero más sucio de toda la ciudad. Gabriel pregunto extrañado: -¿Qué quieres? El niño alzó la mano y le dio una moneda. La única que tenía. Y dijo: - ¡Hola! Quiero que me pintes un recuerdo. Toma. Gabriel, por seguirle la corriente, cogió la moneda y se echó a reír : - ¿Un recuerdo? ¡Pero si tú no has tenido tiempo ni de tener recuerdos! -Sí. Tengo uno. Uno solo. -Aunque tengas uno, será tan reciente que no hará falta que yo te lo pinte. - contestó Gabriel, que se estaba divirtiendo, pero al mismo tiempo estaba muy intrigado.
Es que ya no lo tengo – explicó el niño.
¿Cómo? - exclamó Gabriel, desconcertado -. Anda, dime, ¿qué recuerdo es ese? - Pinto – contestó el niño. - ¿Cómo que pintas? Aquí el que pinta soy yo.
Y le revolvió el pelo cariñosamente. - No digo que mi recuerdo se llama pinto. Mi perro. Pinto. Se me perdió. Era mi mejor amigo y se me perdió. Gabriel comprendió. Sonriendo, cogió un lienzo y preguntó: - ¿Tú crees que Pinto cabra aquí? - Sí. Era pequeño. Y Gabriel comenzó a pintara a le perro tal como lo iba describiendo. Tenía ya el cuadro abocetado cuando el niño dijo: - Y aquí, en ele lomo, tiene unas pintas negras. Por eso lo llamé Pinto. Gabriel dejó caer la paleta y se llevó las manos a la cabeza. Los pinceles salieron volando. Soltó una exclamación de asombro y echó a correr. Abrió la puerta del estudio. Se metió dos dedos en la boca y lanzó un silbido. - Trompo,ven acá – gritó . Un perrillo muy juguetón entró dando brincos. Al ver al niño, se abalanzó sobre él ladrando alegremente y empezó a darle lametones. E niño lo abrazó fuerte. Gabriel los miraba. Suspiró resignado. Su cara se nubló de tristeza. Sintió un nudo en la garganta cuando el niño se marchó corriendo, sin dejar de abrazar a su perro.
Pasaron los días. Gabriel pintó cuadros y cuadros con lo recuerdos que la gente quería tener ante sus ojos. Se encontraba muy solo. Un día en que se sentía especialmente melancólico buscó por los rincones aquel cuadro a medio hacer. Lo desempolvó. Lo puso en el caballete. Y acabó de pintar el retrato de aquel perrillo que había encontrado en la calle y con el que se había encariñado tanto. Cogió un martillo y una alcayata y lo colgó en la pared. Así, de cuando en cuando, podría contemplar uno de sus mejores recuerdos.

martes, 30 de noviembre de 2010

PARTIDO BARÇA - MADRID

El partido de ayer fue todo un éxito.
Barça - Madrid. Que pena, la derrota del Madrid. ¡Pero que alegría la victoria del
Barça!
A los del Real Madrid les recomiendo que no lloreis por la derrota. A los del barça les recomiendo que baileis y brinqueis por la victoria. El Real Madrid no hizo absolutamente nada de lo contrario el barça jugó de maravilla. Los goles los metieron: Xavi
dos de Villa de Pedrito y de Jeffrenh.
A Sergio Ramos lo expulsaron total le dio a Puyol y Xavi un manotazo en la cara. Estaba completamente enfadado porque iban perdiendo. El equipo Barça se puso muy contento al ganar y todos lo celebraron alegremente.

Adios y ya sabeis que los del Madrid con el Barça siempre pierden.

jueves, 25 de noviembre de 2010

martes, 23 de noviembre de 2010

LA ARDILLA Y EL NIÑO

Había una vez un niño que se llamaba Jorge. A este niño le gustaban mucho las ardillas. Cada día iba muy temprano a la tienda a comprar comida para las ardillas,cuando acabó de hacer la compra se fue al parque a toda pastilla.

Jorge llamó a las ardillas y las ardillas salieron de los árboles. Jorge les dio la comida que había comprado y las ardillas se comieron la comida Jorge las veía muy contentas y se marchó. Al día siguiente hizo lo mismo pero cuando las ardillas estaban comiendo Jorge empezó a actuar como una ardilla y se subió al árbol un rato después se le apareció una arcilla y le dijo : ¿Me entiendes? Jorge contestó que si porque ya se había convertido en una ardilla de verdad.
Jorge le pregunto a esa ardilla que si sabía que le había pasado. Ella le dijo que si, había sufrido el encantamiento de la ardilla más poderosa del mundo. Jorge asustado le preguntó que como se podría vencer a el encantamiento. La ardilla contestó que no lo sabía probablemente se recuperaría si se alejaba de las ardillas. Jorge le dijo que no queria alejarse de ellas porque a todas las ardillas les gusta que las traten cariñosamente. La ardilla razonó y dijo que era una tonta por haber dicho eso. Jorge la tranquilizó y al rato fueron en busca de pista que ayudarían a Jorge a volver a su forma original.

Iban caminado y de repente encontraron un río que no les dejaba continuar. Jorge pensó y pensó pero no se ocurrió nada, hasta que a la ardilla se le ocurrió que se podían montar en algún trozo de árbol e ir remando hasta la otra orilla y así lo hicieron y llegaron a la otra orilla del río.
Un rato después continuaron en su camino pero de repente los dos se cayeron por una cueva. Un rato después se despertó Jorge e intento hacer que se despertara la ardilla para poder salir pero no lo consiguió esperó un rato y la ardilla al fin se despertó. Jorge le dijo a la ardilla que como podían salir. La ardilla vio un camino y continuaron por ese camino. De repente Jorge oyó una voz y se detuvo en el camino, la ardilla vio que el camino se dividia en tres Jorge dijo que por allí que eran donde se escuchaban las misteriosas voces. En efecto la voz procedía de aquel camino, se asomaron sin hacer ruido y allí estaba la ardilla más poderosa del mundo. De repente habló Jorge y le dijo por que le había convertido en una ardilla. La ardilla poderosa le dijo que era porque le había robado una poción mágica. Jorge le dijo que el no había sido. La ardilla no le creyó pero luego vio en sus ojos que era verdad lo que decía. La ardilla poderosa le dijo que cerrara los ojos y Jorge cerro sus ojos cuando los abrió ya era humano y estaba en el parque, corriendo fue a su casa pero no le contó nada a su familia pues era un secreto de ardillas.

La otra ardilla que le ayudo durante el viaje le ocurrió lo mismo apareció en el parque y se subió al árbol. Esa noche Jorge y la ardilla la pasaron muy bien. La ardilla poderosa estaba arrepentida por haberle hecho pasar a Jorge ese día tan duro. Al día siguiente Jorge fue al parque y se encontró con la ardilla, la ardilla habló pero jorge siendo ya humano un la entendió.




Fin.

PETER PAN

Esta historia ya ha sucedido...,pero puede volver a suceder,¡incluso a ti¡ Aquella vez le ocurrió a Wendy y a sus hermanos Juan y Miguel,a quienes la niña contaba cuentos toda las noches.
Wendy les contaba las aventuras de Peter Pan,un muchacho que vivía en el país de Nunca Jamás y que había decidido no crecer. Los niños disfrutaban mucho imitando a Peter Pan y jugando a aventuras de indios y piratas.
Los cuentos de Wendy eran tan interesantes que el propio Peter Pan venía a escucharlos.
Una noche,Wendy vio a Peter Pan en la ventana y le invitó a pasar.
Peter Pan,era un muchacho muy alegre y valiente,que además volaba. Su mejor amiga era un hada diminuta llamada Campanita,que también volaba,pero no sabía hablar.
Peter Pan pidió a los niños que fueran con él al país de Nunca Jamás. Para ello deberían volar. Bastaba con una pizca de polvo mágico e imaginación,les dijo.
En efecto,siguiendo las indicaciones de Peter Pan,los niños volaron.
_¡Qué fácil es¡ _exclamó Wendy.
Pronto divisaron el país de Nunca Jamás que era una isla mágica y estaba en un lugar desconocido. En sus bosques vivían indios:un barco pirata estaba siempre junto al Roca de la Calavera;y hasta había un Árbol del Ahorcado.
Peter Pan y Campanita vivían en una cueva secreta que estaba situada justo debajo del árbol del Ahorcado. Allí también vivían los Niños Perdidos. Los Niños Perdidos eran muy felices en el país de Nunca Jamás y, como Peter Pan, tampoco querían crecer. Se divertían mucho recorriendo la isla y jugando. Nada más llegar, Juan y Miguel se fueron con los Niños Perdidos a visitar la aldea de los indios.
Iban deslizándose sigilosamente, cuando, de pronto, los pieles rojas, que estaban escondidos detrás de os árboles, salieron y los atraparon.
-¡Auxilio, Peter Pan¡- gritaban- .
¡Campanita ayúdanos¡
Mientras, Peter Pan había llevado a Wendy a ver a las sirenas que vivían en unas rocas a la orilla del mar.
Campanita, cuando vio que Peter Pan y Wendy estaban juntos, se sintió celosa y empezó a molestar a la niña.
-¡Basta, Campanita¡ Deja a Wendy.
Campanita se puso muy triste y se alejó de allí rápidamente pensando cómo podría vengarse de la deslealtad de su amigo Peter Pan.
¡Iría a ver al temible Capitán Garfio¡
Mientras, el malvado Capitán Garfio y su inseparable Smee habían raptado a Tigridia, la hermosa princesa india.
El Capitán Garfio quería averiguar el lugar donde se encontraba el escondite de Peter Pan y para ello recurría a toda clase de trucos.
Pero Peter Pan, que había visto desde lejos el bote, se dirigió con rapidez hacia allí para salvar a la princesa.
Cerca del bote también se encontraba un enorme cocodrilo al que el Capitán Garfio tenía un miedo terrible.
Cuando Garfio se dio cuenta de la presencia del cocodrilo, gritó:
-¡Ese cocodrilo me sigue a todas partes!¡Quiere comerme!
Estaba realmente asustado. Pero su gran sorpresa fue cuando apareció Peter Pan y, abalanzándose sobre él, le arrojó al agua. Después, con mucha calma, Peter Pan desató a Tigridia y remontó el vuelo con ella en brazos para dirigirse a la aldea india. El jefe indio estaba muy preocupado por la desaparición de su hija y por eso había capturado a los Niños Perdidos y a Juan y Miguel.

En el campamento, los indios habían atado a los prisioneros para que no escaparan.
Cuando Tigridia apareció con Peter Pan, todos se llevaron una gran sorpresa. En seguida, Tigridia contó lo ocurrido y el Jefe dijo a Peter Pan:
-Como muetra de gratitud, soltaré a tus amigos y daremos una gran fiesta.
Y así fue.En la fiesta todos se divirtieron mucho.
Sólo faltaba Campanita, pero nadie sabía dónde se había metido.
Campanita, que estaba en el barco del Capitán Garfio lo supo, fue allí y cogió prisioneros a los niños y los ató al mástil de su barco.
Después dejó un paquete en el refugio de Peter Pan, como si fuera un regalo.
¡En realidad era una bomba!
Pero Campanita se dio cuenta de la trampa y le contó todo a Peter Pan, que inmediatamente se enfrentó con el Capitán Garfio.
Peter Pan venció a Garfio que cayó al mar al lado de su feroz enemigo, ¡el cocodrilo!
Cuánto se divertía Campanita viendo al cocodrilo correr tras el Capitán Garfio.
Con mucho trabajo y casi destrozado, Garfio logró salir del agua, temblando de miedo, y huyó a toda prisa, ante las carcajadas de todos.
-¡Ja, ja!, mirad cómo corre – reía Peter Pan.
-No creo que vuelva nunca – dijo Wendy.
Entoces, Peter Pan tomó el mando del barco, Campanita lo cubrió con polvo mágico y la nave comenzó a volar en dirección a la casa de Wendy y sus hermanos.
Allí dejaron a los niños en el alféizar de la ventana.
Después todos se abrazaron muy contentos y el barco puso de nuevo rumbo hacia el país de Nunca Jamás.
-Volveremos a vernos -dijo Peter Pan-, vendré de cuando en cuando a escuchar tus maravillosas historias, Wendy.
Desde la ventana, los niños gritaron:
-Ha sido un viaje maravilloso.¡Adios!
En aquel momento el papá de los niños entró en la habitación.
-¿Qué miráis? -preguntó.
-El barco de Peter Pan, que va hacia el país de Nunca Jamás -contestaron todos.
El papá de los niños se asomó y, en efecto, creyó ver a lo lejos el varco volando .Entoces, dijo a sus hijos:
-Nunca perdaís la imaginación, es algo precioso. Y ahora, ¡a la cama!

LA NIEVE



¿Os habeis fijado cuando en un día de invierno? La nieve cae sobre la montaña. Cuando cae la nieve parece que el cielo manda unas diminutas gotitas de algodón. El cielo está blanco y está cubierto de nubes …
Ahora toca decir como reaccionan los niños cuando ven caer nieve desde su ventana. Los niños se abrigan y salen corriendo a la calle y juegan a tirarse bolas y a construir bonitos muñecos de nieve.
Algunas personas, cuando llegan épocas muy frias, por la noche sueñan que juegan a hacer muñecos de nieve.

martes, 16 de noviembre de 2010

La aventura del blog

Hola soy Alba.Este año vamos a hacer dos blogs en las actividades formativas complementarias.
Uno de ellos, se da para uso individual y el segundo será para el trabajo en grupo.Iremos añadiendo cuentos juegos actividades ...
Un saludo a todo el que pase por aquí.